Para que un tratamiento facial sea efectivo es fundamental conocer las características y el tipo de piel, ya sea seca, grasa o mixta. La reacción de cada una ante las mascarillas puede ser diferente.
Verdades de las mascarillas faciales:
- Aunque benefician con mayor intensidad las capas superficiales del rostro también son capaces de mejorar las capas más profundas de la epidermis, ofreciéndoles protección y nutriéndolas con eficacia para mantener la piel saludable.
- Aportan energía y nutrición a la piel, haciéndola lucir radiante y llena de brillo y luminosidad además de libre de imperfecciones.
- Protegen la piel del ataque de agentes externos como el sol o la humedad.
- Hidratan cada capa de la dermis manteniendo la humedad necesaria en cada una de ellas para que la piel esté perfectamente hidratada.
- Exfolian y eliminan las células muertas al poner en práctica una limpieza profunda y posteriormente un efecto exfoliante e hidratante.
- No sólo tratan la piel del rostro, sino que son efectivas para otras zonas del cuerpo como por ejemplo la zona del contorno de ojos o las piernas.
No obstante, aunque ofrecen numerosos beneficios en algunos casos está totalmente contraindicada su aplicación como por ejemplo si la piel está irritada, es grasa, propensa al acné o si se tiene alguna enfermedad en la dermis o se está en tratamiento. Si te encuentras en alguno de estos casos es fundamental que antes de aplicar una mascarilla consultes con tu dermatólogo.
La mascarilla sirve para intensificar una acción específica sea de limpieza o de extra de nutrición, luminosidad o energía. Aporta un efecto inmediato. Se trata de un tratamiento que no necesariamente ha de hacerse cada día, sino bajo demanda de la piel, y que la «ajusta» en función de las necesidades puntuales que podamos tener dependiendo del clima, las actividades que hacemos ese día, o lo largo de la jornada.
Mitos de las mascarillas faciales:
- Quema el rostro: algunas personas dicen que, al ponerse mascarilla en el rostro, al día siguiente su piel está más oscura y creen que la mascarilla les quemo el rostro, pero no es así porque eso se debe que no se lavó bien el rostro después de ponerse la mascarilla.
- Son ásperas: todas las mascarillas son muy distintas tienen una textura diferente al resto, así que eso depende de qué tipo de mascarilla utilizan.
- No huele mal: las mascarillas no huelen mal, ese mito depende de cómo lo conserven, si es una mascarilla envasada o si es una mascarilla casera es depende como la guardes y la utilices.
Una mascarilla es una capa de productos cosméticos o naturales que se aplica bien sobre toda la cara o bien sobre una parte de ella, una finalidad estética.