Ante todo, tenemos que entender que es un ejercicio regenerativo
Es al entrenamiento que consiste en trotar suavemente para brindarle un estímulo diferente a los músculos y así acelerar la recuperación luego de una prueba física, se le denomina regenerativo. Estas sesiones se hacen preferiblemente después de una competencia y la principal característica es que son de baja intensidad.
Recordemos un poco sobre que es la kinesiología.
La Kinesiología es una terapia natural que se basa en equilibrar el flujo de la energía que circula por nuestro cuerpo a través de los canales energéticos, denominados meridianos y que están directamente relacionados con los puntos energéticos de acupuntura.
Estos ejercicios regenerativos son parte de la kinesiología son:
- Flexiones inferiores
Para hacer este ejercicio primero debes extender una colchoneta o alguna superficie donde te puedas recostar. Cuando estés listo para empezar, recuéstate, dobla las rodillas hacia el pecho logrando una pose fetal con cada una de las piernas. Puedes hacer este ejercicio pierna por pierna, aunque si lo haces con las dos al tiempo no hay ningún problema.
- Sentadilla baja
Las sentadillas bajas son un ejercicio muy similar a las sentadillas normales mencionadas anteriormente, pero en este caso se ejecuta de abajo hacia arriba. Ubica el cuerpo de la misma manera y realiza varias repeticiones
- Trote con pierna alta
Este trote consiste en elevar las piernas un poco más arriba de lo normal, ya que de esta forma las articulaciones y los músculos internos de la rodilla, se trabajan con mayor exigencia con cada paso que se da.
- Estocadas caminando
Las estocadas es otro de esos buenos ejercicios para fortalecer las rodillas y de paso tonificar muslos y glúteos. Para realizarlo debes pararte con los pies juntos, preferiblemente sosteniendo una pesita con cada mano. Luego, se lleva la pierna derecha hacia adelante y se baja el cuerpo hasta que el muslo delantero esté paralelo con el piso. Ten en cuenta que las articulaciones de cadera y rodilla deben formar un ángulo de 90 grados con el resto del cuerpo bien erguido.
El hecho de ser una de las articulaciones más complejas de nuestro cuerpo hace que sea también de las más propensas a sufrir lesiones.